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COVID-19 y el mercado inmobiliario

Updated: May 20, 2020



Existen muy pocos ámbitos de nuestras vidas que no se hayan visto afectados por el COVID-19. Desde quedarnos en casa, verse nuestra actividad diaria reducida, tener a un familiar en el hospital, estar preocupados por la economía o haber sido personalmente afectados por la pandemia, este virus nos ha tocado a todos y seguirá haciéndolo. Lo mismo ocurre con su impacto en la economía. Una emergencia como la que estamos viviendo afecta a todos las industrias y sectores de todo el mundo. Por ello, queremos hablar acerca del efecto que hemos observado de esta crisis hasta el momento en el sector inmobiliario.

¿Cómo ha afectado el COVID-19 al mercado inmobiliario?

Para contestar esta pregunta es muy importante echar la vista atrás y observar lo que pasó con la crisis del 2008 que afectó terriblemente al sector inmobiliario. Esta crisis, provocada por un problema en el sistema financiero, empezó en Estados Unidos, debido al colapso de la burbuja inmobiliaria, pero pronto se expandió al resto del mundo, y llevó a que las estructuras establecidas en la industria hipotecaria colapsaran. Una crisis provocada por el sistema financiero es muy diferente a una crisis originada por, digamos, una catástrofe natural, a lo que podemos equiparar la emergencia sanitaria presente.

Cuando una crisis se desencadena por los sistemas financieros las recuperaciones suelen ser muy tardías y complejas. Sin embargo, en las crisis provocadas por catástrofes naturales solemos ver una recuperación que en economía se conoce como “v-shaped”. Este modelo se produce cuando hay un parón brusco de la economía, pero la vuelta a la normalidad también es rápida, es decir,

el escenario de recuperación es dinámico. La recuperación es igual de rápida ya que la crisis no se debe a las estructuras subyacentes si no al episodio transcurrido. En este caso, una enfermedad infecciosa muy contagiosa causada por un virus del que se conoce muy poco.

Cuando una crisis se desencadena por los sistemas financieros las recuperaciones suelen ser muy tardías y complejas. En las crisis provocadas por una situación como la del COVID-19, se produce un parón brusco de la economía, pero la recuperación también es rápida

El COVID-19 no es por definición una catástrofe natural que afecta solo a una región y que depende de otras regiones para ayudar a sopesar los daños ocasionados, o en la que el mundo se une para poder aliviar de alguna forma los daños sufridos. Tampoco es una situación que haya sucedido en el pasado. A pesar de que se compare a la gripe española de 1918, y sea la situación más similar que una sociedad ha vivido, el contexto y por lo tanto, la forma de responder es completamente distinta. No se puede hacer analogías entre lo que sucedió hace 100 años, un siglo atrás, y la realidad que enfrentamos ahora, en un mundo tan global y con una economía tan diversificada. La única posibilidad que tenemos para dar respuesta a este problema es especular sobre lo que puede pasar y prepararnos para los distintos escenarios posibles.

Hace sólo unos días, el economista y político estadounidense Ben Bernanke, aseguró que "si las medidas tomadas por los distintos gobiernos no producen un daño excesivo a la fuerza laboral y a los negocios durante el periodo de cierre, por prolongado que sea este tiempo, veremos una recuperación bastante rápida de la economía". Esta posibilidad, según el expresidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, va a depender de la confianza que tenga la gente en regresar a sus vidas normales.

Indudablemente, una depresión o recesión económica tiene un impacto en el sector inmobiliario, sobre todo si la tasa de desempleo sigue aumentando y los dueños de las propiedades no pueden pagar sus hipotecas. Esta situación tendrá una repercusión fuerte en el sector, provocando una oferta mayor a la demanda. Es decir, muchas viviendas disponibles y pocas personas que puedan acceder a su renta o compra. Sin embargo, estos cambios todavía no se vislumbran en el sector. De hecho, el sector inmobiliario del sur de la Florida sigue reflejando movimientos de compra y venta continuos. Y los precios de las propiedades, hasta el momento no se han visto afectados. Los agentes de bienes raíces continúan con su trabajo, realizando ventas en línea, así como presentaciones virtuales de las propiedades.

El sector inmobiliario del sur de la Florida sigue reflejando movimientos de compra y venta continuos. Y los precios de las propiedades, hasta el momento no se han visto afectados

Por otro lado, a día de hoy, existe una regulación más rigurosa en torno a la vivienda, tras las crisis del 2008, cuando los bancos financiaban hasta el 106% del precio de compra. En la actualidad, las entidades financieras que ofrecen créditos son mucho más estrictos a la hora de dar financiamiento. En el 2006 se podía conseguir una hipoteca sin justificar un trabajo, solvencia económica y aportando enganches mínimos. Ahora el mercado de bienes raíces está mucho más protegido. Por otro lado, muchas personas al empezar la crisis decidieron posponer la venta de su propiedad por miedo al contagio, lo que ha provocado que haya poca oferta en un mercado donde siempre hay mucha demanda, particularmente de extranjeros que buscan seguridad en su inversión.

Lo cierto es que tanto los economistas como los agentes inmobiliarios no sabemos exactamente qué sucederá con el mercado inmobiliario en los próximos meses. Pero si hay algo de lo que estamos seguros es que no enfrentamos una burbuja inmobiliaria como la que sí vivimos hace unos años ni a su drástico impacto. Y también tenemos la certeza de que esta crisis es una situación temporal. Quizás esta crisis reduzca la demanda de propiedades por un período de tiempo, pero lo que no va a provocar es que los propietarios lleguen a una situación en la que necesiten liquidar su inversión. ¡De momento, nos mostramos optimistas!


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